- Trágico suceso en el deporte extremo Muere el especialista Carlos Suárez en Toledo tras tirarse desde un globo aerostático y no abrirse el paracaídas
Carlos Suárez hizo de su vida una aventura. «Aprendí que los retos grandes te motivan más, que hacer cosas que te cuestan un gran sacrificio tiene siempre consecuencias, y normalmente esas consecuencias siempre son positivas», reflexionaba en una entrevista en octubre de 2024. Su pasión consistía en ver el mundo desde las alturas. Tenía el don de destacar en cualquier deporte vinculado a las montañas. Pero un paracaídas que falló en el último segundo le arrebató la vida a sus 52 años.
El suceso ocurrió el primer martes de abril por la mañana, en La Villa de Don Fadrique (Toledo). Suárez era el actor de doblaje de riesgo de la película La Fiera, en la que él mismo sería representado junto a sus amigos Manolo Chana, Álvaro Bultó, Darío Barrio y Armando del Rey, precursores del salto BASE y del vuelo con traje de alas en España. A «la pandilla de Darío Barrio», como la bautizó este periódico en 2014, siempre la persiguió la tragedia: Chana, Bultó y el propio Barrio murieron saltando, como Suárez este martes. «La razón por la que voy a volver a saltar algunos días de avión y con traje de alas no es otra que hacer un gran homenaje a varios de los amigos que se fueron ya hace unos años! Lo estamos preparando a conciencia para hacerlo bien seguro», publicó el deportista en sus redes el 23 de febrero.
El rodaje de 'La Fiera'
En el rodaje de La Fiera participaron otros cuatro saltadores profesionales. Todos salieron ilesos de la toma, menos Suárez. Al saltar del globo aerostático, su paracaídas de emergencia no se abrió en el momento oportuno, provocando su muerte al impactar contra el suelo. Atresmedia Cine y Mod Producciones compartieron un comunicado en el que lamentaban la trágica muerte del «gran experto en escalada, paracaidismo y salto base, con muchos años de experiencia en estas disciplinas». Las productoras aseguraron que «las maniobras se estaban llevando a cabo bajo las estrictas medidas de seguridad que obliga este tipo de actividad».
El deportista madrileño se sumó así a los fatídicos destinos de sus compañeros saltadores. El 14 de marzo de 2010 el paracaídas de Manolo Chana falló tras saltar de una avioneta y perdió la vida. Álvaro Bultó falleció el 23 de agosto de 2013 en un salto BASE con traje de alas en los Alpes suizos. Darío Barrio murió haciendo lo mismo el 6 de junio de 2014, casualmente en un homenaje a Bultó. Ahora, Carlos Suárez es el cuarto fallecido de los cinco amigos a los que unió el deporte extremo. Sólo sobrevive Armando del Rey, dueño del restaurante Corral de la Morería, que cuenta con una estrella Michelin.
Suárez «practicó todas las facetas de las montañas y en todas destacó. Fue muy buen escalador en roca, muy buen escalador en hielo, muy buen alpinista. Destacó desde muy joven haciendo escalada en solitario», rememora para EL MUNDO su amigo Darío Rodríguez, director de la revista Desnivel, especializada en deportes de montaña. «Con tan sólo 17 años escaló en solitario el Pilar Bonatti del Dru, en los Alpes franceses», ejemplifica. Aún recuerda cómo conoció a Suárez: «Yo estaba en una competición, se me acerca un chavalito y me dice que si le puedo guardar una colección de la revista Desnivel porque su madre se las había tirado a la basura porque, en lugar de estudiar, estaba leyendo la revista». Desde entonces, deportista y periodista se convirtieron en amigos.
El talentoso deportista llevaba tiempo alejado del salto BASE, un acrónimo en inglés cuyas letras representan los cuatro tipos de objetos desde los que se pueden saltar (Building, Antenna, Span, Earth - Edificio, antena, puente o tierra). Consiste, entonces, en saltar desde un lugar fijo usando un paracaídas. Además, los deportistas experimentados suelen ir acompañados de trajes de alas para mejorar el control en el aire antes de desplegar el paracaídas.
Suárez se había alejado de esta disciplina tras la muerte de tres de sus grandes amigos. La Fiera buscaba homenajear a los saltadores vivos y muertos. El largometraje, cuyo estreno se prevé para finales de 2026, está dirigido por Salvador Calvo, premio Goya 2021 por Adú y también director de Los últimos de Filipinas (2016), Valle de sombras (2024) y el cortometraje Maras (2019).
Al madrileño «le apetecía contar la historia». De tal manera que le hacía ilusión retomar el deporte profesional con ese fin, aunque «ya lo tenía prácticamente abandonado», según corrobora Darío Rodríguez. No obstante, aclara que Suárez seguía practicando los saltos, pero de una forma menos profesional, «como en un túnel de viento». Por tanto, considera que «el accidente no ha sido por llevar tiempo sin saltar». Señala que es «inexplicable» que no se abriera su paracaídas de emergencia, algo que «ocurre a lo mejor una entre un millón de veces».
Más allá de haber despuntado en lo deportivo, el director de Desnivel describe a su fallecido amigo como «tremendamente sencillo, abierto y buen comunicador», así como «una persona muy culta a la que le encantaba leer». También como un hombre «de buena cabeza» que «reflexionaba mucho sobre el riesgo».
«Desde joven ha sido como un aventurero nato. No sólo deportista, sino también buscador de los sentimientos que le producía la montaña: la libertad, la adrenalina, la aventura y la exploración», describe la periodista Elena Moro, directora de la revista Oxígeno y colaboradora de EL MUNDO. «Muy humilde con todo lo que hacía, siendo un top, un fuera de serie en su actividad... No buscaba la fama, sino la satisfacción de hacer esa actividad y de tener esos sentimientos que encontraba en la montaña», agrega Moro y comenta, afligida, que su amigo Carlos «era un tío muy vital y con mucha energía. Acabo de ver su WhatsApp y en su estado ponía 'sigo vivo', imagínate...».
Él estaba lejos de querer buscar la muerte. Otra de sus razones para alejarse del salto BASE y del paracaidismo fue el nacimiento de su hija, que hoy tiene cuatro años. El deportista deja a su familia desolada. «El riesgo te enseña cosas buenas, pero puede quitarte todo de golpe», declaró el montañista premonitoriamente en una entrevista hecha por Darío Rodríguez para Desnivel. Así era él, un «filósofo del riesgo», en palabras del periodista.