Quisieron hacer un guiño a los orígenes de Madrid y sus tradiciones y el marco no podía ser otro. La plaza más antigua de la capital, la de la Villa, se convirtió este jueves en una pasarela para acoger el desfile inaugural de la Semana de la Moda. Recuperando a uno de los personajes más castizos, la violetera, cerca de medio centenar de modelos recorrieron la plaza para acercar a la calle la moda de autor de 25 creadores españoles.
Las aulas de formación de la Casa de la Villa se convirtieron por unas horas en un improvisado backstage, una pequeña locura donde diseñadores, modelos, estilistas, peluqueros o maquilladores lidiaban con el reloj y las idas y venidas a la gran sala que aguardaba las prendas de la colección primavera-verano, que en esta edición de Madrid es Moda [la iniciativa de la Asociación de Creadores de Moda de España, apoyada por el área económica del Ayuntamiento de Madrid, que compone la Semana de la Moda junto a la Mercedes-Benz Fashion Week] ha querido poner de relieve el valor de los comercios centenarios de Madrid.
«Hemos puesto en el foco a estos establecimientos, que hoy gestionan cuartas generaciones, para que se sigan conservando», detallaba antes del desfile la directora creativa de Madrid es Moda, Natalia Bengoechea, antes de citar lugares emblemáticos como el Almacén de Pontejos, la sombrerería La Favorita, la tienda de tejidos Lucio J&M o la alpargatería Casa Hernanz, cuyos accesorios esperaban colocados y debidamente clasificados junto a las prendas de Adlib Ibiza, Carmen Farala, Dolores Promesas, Guillermo décimo, Javier Delafuente, Juan Vidal, Juana Martín, Juanjo Oliva, Maison Mesa, María Lafuente, Pertegaz, Roberto Torreta, Roberto Verino o Teresa Helbig.
«Hacer estas piezas no sería posible sin esos comercios, que nos proveen de materiales que nos permiten crear prendas exclusivas y con una identidad. Este desfile es un impulso hacia ellos pero también es una reflexión hacia nosotros, de lo que la moda de autor puede hacer por el entorno», subrayaba entre bambalinas Modesto Lomba, que a la pasarela llevó dos piezas opuestas en color rosa suave: uno de corte simple, característico de su firma, y otro con volúmenes de seda en forma de flor. Porque si otra cosa protagonizó el desfile fue precisamente ese elemento. Con el claimFlorece la Moda de Autor, apuntando a esa primavera que se acerca, no faltó un detalle florido en ninguna de las colecciones, tocadas todas por piezas realizadas a mano por la artesana del tocado Mariana Barturen o la firma de calzado a medida Franjul.
Antes de que las delicadas prendas vieran la luz, los vecinos más madrugadores del Madrid de los Austrias pudieron ver cómo modelos de lo más variopintos ensayaban alrededor del monumento a Álvaro de Bazán. «Hemos realizado una coreografía bordeando el cuadrado de la plaza para poner en valor la fachada de la Casa de la Villa. Y el cásting es multicultural, muy diverso e inclusivo», detallaba David Cabaleiro, regidor del desfile, al referirse a los modelos, chicos y chicas de diversas edades (había quien vestía canas) y diversas tallas, modelos curvy incluidas.
«Es mi primera vez desfilando. Es un sueño. Siempre lo creí un imposible por los cánones de belleza», contaba algo nerviosa Alejandra Sojo, una de esas modelos, justo antes de colocarse uno de los diseños de Johanna Calderón, una chaqueta de tejido 3D con medias a modo de pantalón. «Queremos mostrar el cuerpo de la mujer y no esconderlo», contaba la propia diseñadora, quien por primera vez en España realizará, durante esta edición de Madrid es Moda, un desfile exclusivamente curvy, que contará con uno de los ángeles de Victoria Secret, Lorena Durán.
Junto a los diseños de Calderón, en ese armario improvisado de la Casa de la Villa, lucían los de Daniel Chong, que ha creado una colección unisex inspirada en la fragilidad del proceso creativo, con materiales sostenibles y reciclados, con toques de intenso naranja. También los de García Madrid, quien en esta ocasión ha adaptado su sastrería contemporánea para hombre al mundo femenino. «He creado un traje de tejido gofrado color blanco y otro con destellos dorados y pantalón print que lleva la noche al día», señaló antes del desfile el diseñador, quien ensalzó la botonadura de Pontejos o las alpargatas de esparto de Hernanz que acompañaban a sus modelos.
Aunque no sólo quiso este desfile realzar el trabajo de estos artesanos y comerciantes centenarios. Con el secador en la mano, Yos Baute, director de peluquería de Madrid es Moda, señalaba, mientras retocaba a una de las modelos, que los moños retro que lucían «reivindican la peluquería de oficio».
Cerca de él, no perdía detalle del trabajo de su equipo Goyo Acevedo, director de maquillaje aquí y un clásico en Cibeles (23 años allí). «Los chicos llevan un ojo ahumado muy macarrilla, con ojeras; y las chicas, unas con máscara de pestañas con efecto muñeca y labio natural y otras con máscara normal y labio subido», contaba a GRAN MADRID minutos antes de que estudiantes de protocolo de diferentes escuelas de Madrid ayudasen a las modelos a ponerse sus looks y Natalia Bengoechea diese un speech que terminó al grito de: Viva Madrid y las violeteras.
A las 12.30 de la mañana, en la plaza de la Villa, sonó precisamente la versión de La violetera de Nathy Peluso, y una Sara Montiel contemporánea, con sus volantes y su cesta de flores en la mano, abrió la pasarela ante la mirada de cientos de curiosos y personalidades del mundo de la moda y de la política municipal. Vestidos feminísimos, de seda, de tul, con bordados, lisos, estampados, coloridos y en tonos crudos, en un guiño constante y marcado a la mujer de antes y a la de ahora, desfilaron adornados por canotiers de fibras naturales, flores artesanales y alpargatas.
Pero esto sólo fue un pequeño aperitivo de lo que está por llegar, porque Galerías de arte, centros culturales, museos, ateliers, tiendas y hoteles de la ciudad acogerán desde este viernes el resto de la programación de Madrid es Moda, con desfiles, presentaciones y exposiciones que, desde una perspectiva cercana al público, al comprador final, desvelarán las colecciones de los diseñadores españoles antes de la Fashion Week.