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 DIRECTORIO   Domingo, 21 de Marzo de 1999, número 335
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TRASTORNOS DEL SUE�O
Cerca de mill�n y medio de espa�oles padecen apnea
PATRICIA MATEY

El 4% de los varones espa�oles y el 2% de las mujeres sufren cientos de paradas respiratorias de m�s de 10 segundos mientras duermen. La apnea, al impedir un sue�o reparador, multiplica por seis el riesgo de tener un accidente. ademas, aumenta las probabilidades de sufrir hipertension e infartos.

Nadie est� inmunizado contra los accidentes de tr�fico, aunque F. P.L. de 41 a�os, hubiera jurado, antes de aquel fat�dico d�a, que nada podr�a echarle de la carretera. No niega que se pens� mucho si parar el cami�n en el arc�n para dar una cabezada. Pero �l, acostumbrado por su trabajo a pasar horas al volante, y a superar los momentos de somnolencia que desde hace un par de a�os le sacud�an, pens� que podr�a superarlo. Pero el sue�o, la necesidad de dormir bien, es m�s traidor de lo que este conductor profesional y la mayor�a de la gente cree.

F.P.L. sali� del hospital comarcal en el que fue ingresado al d�a siguiente de su accidente. Con el alta, el diagn�stico de una enfermedad que �l desconoc�a padecer y que le sac� de la carretera: apnea obstructiva, un trastorno que impide tener un sue�o reparador porque provoca cientos de paradas respiratorias durante el mismo, aunque el paciente no es consciente de ello. Esta patolog�a, adem�s de deteriorar seriamente la calidad de vida de quien la padece, es capaz, por s� sola, de multiplicar por seis el riesgo de tener un accidente de tr�fico.

Lo acaba de demostrar un grupo de investigadores espa�oles, los primeros en el mundo que publican, en el �ltimo n�mero de una de las mejores revistas m�dicas (The New England Journal of Medicine), los resultados de un estudio epidemiol�gico -patrocinado por la Direcci�n General de Tr�fico- que relaciona esta patolog�a con el riesgo elevado de sufrir un siniestro.

"Esta es la primera vez en la literatura m�dica que se demuestra, con un estudio caso-control, el elevado riesgo de accidentes entre las personas que sufren apnea", destaca Antonio Ter�n-Santos, director del trabajo, jefe del Servicio de Neumolog�a y responsable de la Unidad de Sue�o del Hospital General Yag�e de Burgos.

Tanto para este especialista, como para el doctor Antonio Jim�nez-G�mez, coautor del estudio, jefe del Servicio de Neumolog�a y codirector de la Unidad del Sue�o del Hospital Valdecilla de Santander, los datos de la investigaci�n constatan que la apnea es un problema de salud p�blica. "Nosotros nos hemos quedado asombrados con los resultados. La apnea del sue�o tiene un impacto social muy importante y eso es lo que queremos transmitir a la poblaci�n y a las autoridades. Adem�s, si valoramos que hemos excluido los accidentes m�s graves, pensamos que la relaci�n entre siniestros y la enfermedad es a�n mayor de la que nosotros hemos encontrado", insiste Ter�n-Santos.

Para los que a�n, y a pesar de estas afirmaciones, siguen subestimando el peligro potencial de la apnea, basta con nombrar otros datos. El l�mite de alcohol en sangre permitido por la ley en un conductor est� en 0,5 gramos.

Sin embargo, el riesgo de accidentes entre los conductores que beben, por ejemplo, dos o tres cervezas, es mucho m�s bajo que el que tiene una persona con apnea. De hecho, investigadores del Hospital Queen Elizabeth de Woodville, publicaron un art�culo en Nature, en julio del a�o pasado, que conclu�a que la falta de sue�o es igual de perjudicial para las facultades psicomotoras (como conducir) que el exceso de alcohol.

La enfermedad


Imag�nese tumbado sobre la cama, en el momento de empezar a dormir. Deje de respirar de diez a 20 segundos o m�s. As�, cientos de veces durante las ocho horas de sue�o. Esto es lo que le sucede cada noche al 4% de los varones espa�oles y al 2% de las mujeres, aunque ninguno de ellos recuerda, ni es consciente, de que se pasan la noche olvid�ndose de respirar.

Son estos olvidos los que hacen que el cerebro, al sentir que le est� llegando menos ox�geno, se despierte brevemente. Los microdespertares�, como se les denomina en Medicina, adem�s de evitar que la persona se asfixie, fragmentan el sue�o, impidiendo que �ste sea profundo y reparador. Y as� es como los afectados de apnea, descrita por primera vez en 1965, pasan a engrosar las listas-junto con los insomnes y los afectados de otros trastornos- de la ya denominada sociedad de zombies.

Hombres y mujeres que se pasan el d�a entre bostezos, que pueden quedarse, literalmente, dormidos de pie, que sufren jaquecas, falta de reflejos, de concentraci�n, de memoria, irritabilidad, disminuci�n de la libido o, incluso, depresi�n. Los especialistas en patolog�as del sue�o de los pa�ses occidenteles llevan a�os alertando sobre la trascendencia social que tiene el hecho de no dormir o dormir mal.

Las estad�sticas les apoyan: en EEUU, se estima que la somnolencia est� involucrada en el 36% de todos los accidentes de tr�fico fatales y entre el 42% y el 54% de todos los siniestros, seg�n un estudio llevado a cabo por la Comisi�n Nacional de Investigaci�n de Trastornos del Sue�o.

En Espa�a, donde el coste anual de los accidentes de tr�fico equivale a cerca del 2% del producto interior bruto, se calcula que, aproximadamente, un 17% de los siniestros se debe a los trastornos del sue�o. Tal y como acaban de demostrar los investigadores espa�oles, la apnea es, con toda probabilidad, la responsable de buena parte de ellos.

Los pacientes que no siguen un tratamiento no deber�an conducir. Nosotros, en el caso de los conductores profesionales, solemos darles la baja laboral hasta que se demuestra que pueden seguir al volante�, insiste el director del trabajo.

El carn�


"Una opini�n avalada por el propio New England que dedica su editorial al estudio espa�ol. Dada la magnitud del problema de los accidentes de tr�fico atribuidos a la apnea, todos los pa�ses deber�an establecer normativas para estos pacientes, y para los insomnes en general, y hacerlas llegar a los m�dicos", reclaman los autores del editorial .

"De momento, ning�n pa�s ha adoptado medidas concretas en este sentido. Hemos revisado la legislaci�n que hay en el mundo y s�lo dos estados de EEUU han adoptado una normativa para las personas con apnea. En Espa�a, en junio del 97, sali� un reglamento que especifica que los enfermos, conductores profesionales, deber�an pasar un examen anual, y bianual en el caso de los conductores normales. Pero est� normativa est� incompleta y su cumplimiento depende de la buena voluntad del paciente�, insiste el doctor Ter�n-Santos.

Los investigadores escogieron a 102 conductores, de entre 30 y 70 a�os, que hab�an ingresado en los servicios de urgencias de los citados hospitales (General Yag�e y Valdecilla), tras sufrir un accidente en v�as interurbanas entre abril y diciembre de 1995.

El estudio


Posteriormente, elegimos a 152 personas de la misma edad y sexo, pero que no hab�an sufrido ning�n incidente, de tres centros de atenci�n primaria en Burgos y tres, en Santander�, a�ade el especialista de Burgos.

Ninguno de los participantes ten�a una enfermedad expl�cita que le impidiera legalmente conducir, y en los accidentados se descart� a aqu�llos en los que se sospech� el consumo excesivo de alcohol u otras drogas el mismo d�a del siniestro.

El siguiente paso fue averiguar qui�nes, de todos ellos, padec�an apnea o hipoapnea (un trastorno m�s leve que la apnea, pero que tiene la misma repercusi�n que �sta �ltima, ya que produce microdespertares y causa sue�o diurno).

"Utilizamos un pol�grafo en la propia casa de los participantes para detectar problemas en el sue�o. Cuando se sospech� la existencia de apnea, se realiz�, en las unidades especializadas, un estudio polisomnogr�fico (la prueba que permite detectar todos los trastornos del sue�o)", a�ade Ter�n-Santos.

Posteriormente se evalu� el �ndice de apnea e hipoapnea: el total de episodios, de veces, que el paciente deja de respirar, dividido entre las horas de sue�o.

Los �ndices establecidos fueron cinco o m�s, diez o m�s y 15 en adelante.

"Comparados con los que no padecen apnea, los que s� la sufren con un �ndice de 10 o m�s tienen 6,3 veces m�s riesgo de sufrir un accidente. Esta relaci�n tiene especial significaci�n una vez que tuvimos en cuenta los potenciales confusores (variables que pueden alterar los resultados), como el consumo de alcohol, masa corporal, historia de accidentes de tr�fico, a�os de conducci�n, edad, la refracci�n visual o el uso de medicaci�n que puede causar somnolencia", explica Ter�n-Santos.

Del estudio se deduce, adem�s, que la somnolencia no siempre es la responsable del accidente. Un porcentaje importante de los participantes que sufri� el percance reconoci� que no sinti� sue�o antes del siniestro, lo que implica que las otras consecuencias de la apnea, como la p�rdida de habilidad, la falta de concentraci�n o reacci�n tard�a, tambi�n pueden provocar el incidente�, explica Jim�nez-G�mez.

A�adir alcohol


Si, adem�s, el paciente bebe alcohol, el riesgo de accidente, seg�n la investigaci�n, se multiplica por 11.

"Cuando una persona tiene un �ndice de apneas bajo, pero desconoce que est� enfermo, no se protege. Sale un d�a de viaje, toma dos cervezas y, as�, multiplica su riesgo considerablemente. Es curioso observar c�mo, precisamente, los que s� saben que tienen apnea son los que no tienen siniestros porque toman medidas. Otros, en cambio, han venido en busca de un diagn�stico y un tratamiento tras haberse llevado un gran susto con el coche", afirma el especialista del Hospital de Valdecilla.

Sin embargo, no todas los pacientes que demandan un diagn�stico certero de su posible trastorno de apnea pueden obtener una respuesta r�pida. As� lo expresa el director del estudio, quien espera que los resultados de este trabajo sirvan para que las autoridades tomen conciencia de la gravedad de este problema.

"Nos encontramos ante una enfermedad de gran trascendencia social. Sin embargo, no hay recursos suficientes. En el hospital de Burgos existe una lista de espera de 13 meses para poder realizar un estudio en las unidades de sue�o. Adem�s, en nuestro pa�s, s�lo hay 22 hospitales de la red p�blica que cumplen todos los requisitos necesarios para realizar este tipo de estudios", reclama Ter�n-Santos.



 
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