mirar y ver
Adolescencia
No se puede dejar que los padres se convenzan de que no serán capaces de salvar a sus hijos de tanto descalabro. Esto está lejos de la realidad
He de decir que me dejó desolada, con el corazón en un puño y un nudo en el estómago. 'Adolescencia' es la serie inglesa de la que todo el mundo habla, ABC lo hizo el pasado domingo. Impacta la historia de un niño de ... trece años que asesina a una compañera de curso. Durante los cuatro capítulos que la integran, se desea intensamente su inocencia, pero no hay cambio de rumbo. La desorientación que siente el espectador es la misma que la de los padres, los profesores, la policía y la psicóloga que perita el caso, todos buscan lo mismo, el porqué.
La serie trata de las amenazas de las redes sociales, la influencia maliciosa de ciertos movimientos y plataformas en la personalidad todavía no formada de los adolescentes, la misoginia, la presión del grupo, la violencia sexual, la manera de estar y relacionarse en una realidad virtual, para ellos, indiferenciada de la real con códigos que los adultos desconocen, una experiencia solitaria que los hace muy vulnerables, y, sobre todo, del poco control que se puede llegar a tener sobre el uso que los hijos hacen de ordenadores y teléfonos inteligentes. Los monstruos pueden estar en su dormitorio y no son los de sus miedos infantiles que ahuyentaba el beso de buenas noches. Son monstruos verdaderos y los hijos están a su alcance. Cuando salen, se les lleva y se les recoge. Pero cuando se los cree a buen recaudo en la calidez de su habitación, la pantalla los abre al mundo con todos sus peores riesgos, mientras se piensa que ya están en casa y el corazón de sus progenitores descansa. Por eso, la serie es tan inquietante, porque padres y madres darían la vida por sus hijos y, a pesar de ello, lo que se narra podría suceder en cualquier familia. Para mostrarlo, la serie sólo cuenta, en sorprendente plano secuencia, lo que se ve y se oye, sin interpretaciones ni conclusiones, aumentando la sensación de angustia, en especial ante la pregunta desgarradora de los padres sobre qué fue lo que hicieron mal con su hijo.
'Adolescencia' llama a reflexionar sobre la educación de niños y jóvenes, su acompañamiento, cómo conseguir protegerlos, cómo proporcionarles modelos de identificación y de conducta para construir su identidad en torno a los valores adecuados y cómo asentarlos en la verdadera felicidad y no en sucedáneos que los alejan de sí mismos y de los demás. A raíz de la serie, he leído opiniones inoportunas de algún famoso que se alegraba, en las circunstancias actuales, de no tener hijos. No se puede dejar que los padres se convenzan de que no serán capaces de salvar a sus hijos de tanto descalabro. Esto está lejos de la realidad. Que existen nuevos peligros es cierto, que serán buenos padres, innegable y que no hay mejor y más preciosa tarea, indispensable.
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